En los pasados días, nos estremeció a todos la noticia del asesinato del líder sindical Wallis Rivera Rodríguez, secretario ejecutivo de la Unión Independiante Auténtica de la AAA. Fue vilmente asesinado frente a su casa, frente a su familia. Hoy me causa repugnancia saber que se pagó a un gatillero $3,000 por asesinar a otro ser humano. Ya hay personas acusadas por este horrible hecho, pero la indignación, el repudio y el asco que siento y que de seguro sienten otras personas decentes y con principios morales y cristianos, permanece latente. Por lo menos nos queda el consuelo de que si la justicia terrenal no fuese lo suficientemente severa, la justicia divina sí funciona. Una oración de fortaleza para los familiares de todas las familias afectadas y que esto nos sirva para reflexionar acerca de hacia dónde vamos y cómo podemos enderezar esta barco que se hunde.
“Aunque ande en valle de sombras y de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estás conmigo”-Salmo 23
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