El pasado lunes nos estremeció la terrible noticia de la masacre de 32 estudiantes a manos de otro alumno de la Universidad Virginia Tech. Cho Seung-Hui tomó la decisión de disparar a un grupo de sus propios compañeros de universidad por razones que todavía los expertos están tratando de explicar y los que no somos expertos en la conducta humana jamás vamos a entender. Cuando observamos en nuestros campuses y salones de clase estudianes con conductas que reflejan algún tipo de problema, no los ignoremos. Refiérelos al orientador o al sicólogo; si es un amigo o amiga, tratemos de dialogar o simplemente escúchalos. A veces con escucharlos es suficiente, pero ignorarlos o sacarles el cuerpo ciertamente empeora los problemas. Oremos por las familias afectadas por esta desgracia y aprendamos a caminar por el mundo mirando a los lados, no pasándole a los demás por el lado o por encima.
Para detalles del suceso, vea el New York Times.
Es una desgracia que no debería ocurrir en ningún país del mundo.
La pena es que una profesora de este chico ya alertó a la policia que era violento y tenía pensamientos macabros.
Una lástima.