The Enquirer publica una reseña interesante, pero que no me sorprende: 40% de todas las transferencias que se realizan en Internet se hacen con BitTorrent. Además entre un 50% a un 75% del tráfico P2P se hace utilizando este programa. Esto no solamente habla del éxito de este software, sino de una actividad que se ha vuelto tan común en la Internet, que se realiza sin pensar si lo que se está haciendo es lo correcto. A mi esto me recuerda la luz amarilla del semáforo: pregúntale a cualquiera para qué es la luz amarilla y posiblemente te conteste “para acelerar, porque luego viene la roja”. Por la fuerza de la costumbre, muchos piensan de esa forma, que obviamente no es lo correcto y constituye una violación a la ley de tránsito. Los intercambios P2P se han hecho tan populares, como lo demuestra el uso de BitTorrent, que los usuarios no se detienen a evaluar sus acciones ni las consecuencias; más bien piensan que si “todos lo hacen”, pues debe estar bien.