Este pasado sábado tuve la agradable experiencia de visitar el albergue de animales La Gabriela en Ponce para adoptar un gato para mis niños. Mis recuerdos de ese lugar se remontan a más de 20 años cuando parecía un campo de concentración nazi para animales. Hoy está privatizado y el panorama es muy diferente; el lugar está limpio, los animales saludables y el personal es muy atento. Puerto Rico tiene desde hace muchos años un serio problema de animales realengos, agravado por un incremento en actos de crueldad hacia éstos y dueños irrresponsables que los adquieren, se cansan de ellos y los botan a la calle. Hay que recordar que el que maltrata a un animal está a un paso de hacerlo con un ser humano, así que hay que tomar nota y actuar sobre esta conducta. Las mascotas además de hacernos compañía le crean a los niños sentido de pertenencia y responsabilidad, además serán leales en la medida que se les trate bien. Es cosa de saber escoger y aceptar la responsabilidad de cuidarlos correctamente; un buen lugar para empezar con una elección adecuada es el albergue.
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