iPod Nano: Dando nueva vida a un viejo amigo

21 12 2008

ipodnano_1stgen_grpHace un año y medio adquirí un iPod Classic de 30 GB que es mi acompañante a todos lugares y mi copiloto en el auto en mi viaje diario al trabajo.  Ayer haciendo limpieza me reencontré con un viejo amigo:  Mi iPod Nano blanco (primera generación) de 1 GB que fue sustituído por el Classic por razones obvias de espacio y versatilidad.    Dos ventajas que tiene el Nano sobre el Classic son:  Su tamaño (en el caso de este modelo, es un poco más pequeño que una caja de goma de mascar Adams) y no tener un disco duro con piezas movibles, de forma que en caso de una caída la posibilidad de daño permanente es menor.  Esto resulta adecuado para ir al gimnasio, correr bicicleta o si voy a salir con otros gadgets a la mano, así que llené ese gigabate de espacio con mezclas (playlists) de mi música favorita y dos o tres fotos que me gusta llevar conmigo.  Resultado, algo muy parecido al Walkman que usaba cuando estudiaba en escuela superior, pero sin llevar en los bolsillos los cassettes con los mixes de aquéllas cancionesde la radio que tanto me gustaban o un kilométrico cassette de 90 o 120 minutos.  Todavía llama la atención por su tamaño y color blanco brillante y se escuha como el día que lo saqué de la caja; fue mi primer encuentro con un producto Apple y ya no hay vuelta  atrás.  Creo que el Zune, el Sansa y otros todavía no son competencia para esta maravilla de bolsillo, que con el pasar del tiempo se aprecia aún más.  Próxima parada, el iPod Touch (cuando Jobs le baje el precio).