Un ataque DDoS consiste en enviar una cantidad masiva de peticiones (de servicios o recursos), que pueden rondar en los millones por segundo, a un servidor de manera intencional, teniendo como resultado la sobrecarga de éste y su consecuente caída o colapso. Es una práctica que ha tomado mucho auge en los últimos años y que en muchos casos se vale de un botnet, una red compuesta de computadoras alrededor del mundo que han sido comprometidas mediante algún malware (generalmente un troyano), otorgándole el control de las mismas a un ente externo (el borherder) que las utiliza para enviar spam o como trampolín para un ataque DDoS. Utilizando el software Logstalgia, diseñado para visualizar tráfico de datos en una red, podemos observar un ataque DDoS de forma gráfica, algo que nos de una idea más clara de esta operación y sus efectos. En este ejemplo el ataque se produjo hacia los servidores de donde es descargada la aplicación VideoLAN.
Fuentes: Gizmodo, Puntogeek