Luego de una espera de varias semanas, al fin tengo en mis manos el Moto X 2 gen “Pure Edition” (desbloqueado y sin “bloatware”). Diseñado utilizando Moto Maker, seleccioné una cara frontal blanca, panel trasero en piel azul con acentos azules para combinarlos con el panel trasero. Al mirarlo me recordó al Samsung Galaxy s5 por el tamaño de la pantalla (5.2 pulgadas), pero hasta ahí llegan las comparaciones. El nuevo Moto X es delgado, con un marco en metal y, a pesar de su tamaño, sigue siendo liviano. Me tomó algunos minutos acostumbrarme a las nuevas dimensiones (no puedo negar que el Moto X original tenía un tamaño sorpresivamente adecuado), pero como me ha ocurrido en otras ocasiones, una vez utilizo una pantalla más grande, no hay vuelta atrás. Y hablando de la pantalla, el aumento en tamaño fue acompañado con un aumento en resolución muy notable. La transición de un Moto X al otro fue cuestión de minutos, descargándose de forma automática desde Google Play las aplicaciones que ya tenía instaladas en mi anterior unidad. Los contactos están en los servidores de Google, así que se sincronizaron sin problemas; lo demás pasar manualmente algunas cosas de un lado a otro sin ninguna complicación. Al utilizar el nuevo Moto X de inmediato se nota la diferencia en ejecución, esto gracias al nuevo procesador quad core y los 2 GB de RAM. Las aplicaciones a las que los usuarios del Moto X ya estamos acostubrados siguen ahí, pero ahora se configuran desde una sola aplicación llamada Moto, incluyendo Active Display, Tuchless Controls y Assistant. Todavía no llevo 24 horas usando el Moto X 2 gen y ya siento una enorme satisfacción de haber hecho la actualización; el original resultó ser un verdadero éxito frente a teléfonos más costosos y con especificaciones de mayor gama. Esta nueva generación promete llevar el éxito del Moto X original a otro nivel.
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